Restaura el aspecto juvenil de tu rostro
En ocasiones, es necesario realizar un enfoque integral para conseguir el resultado que deseamos. Mediante un lifting de cara y cuello (o cada uno por individual) dejamos atrás otros tratamientos menos duraderos. El envejecimiento es una causa directa del paso de los años, aunque también se puede ver acelerado por la exposición del sol o el estrés del día a día. Mediante un lifting facial, mejoramos este aspecto aportándole frescura.
Existen varias técnicas para realizar este tipo de tratamiento. Dependerá del paciente y de su caso en particular para que el cirujano indique qué tipo de intervención es la más adecuada. Básicamente, se trata de reposicionar las capas musculares faciales y del cuello retirando así el tejido sobrante mediante una incisión. Aprovechamos las líneas naturales de la cara para que las cicatrices queden perfectamente camufladas y así no se note la acción quirúrgica. Una vez finaliza la cirugía, cerramos las pequeñas heridas con puntos y las cubrimos con apósitos y un vendaje acolchado. Antes de finalizar el alta hospitalaria, se retiran los drenajes.
El postoperatorio no suele ser doloroso, además, las molestias ocasionadas por la cirugía se controlan con analgésicos. El vendaje suele retirarse durante las primeras 48 horas, las suturas de los párpados, a los 4-5 días; las de la cara y cabeza, a los 7-8 días. Es común que, después de realizar esta operación, el paciente note la cara algo “acolchada”. Se trata de una sensación transitoria que desaparecerá en las próximas semanas. También es normal la hinchazón y hematomas que también son transitorios. Es aconsejable evitar actividades violentas o ejercicios durante las primeras dos semanas. Además, el rostro necesitará cuidados especiales como por ejemplo, no exponerse al sol.
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